En RRHH existen multitud de técnicas para determinar la aptitud del mejor candidato, a la vez que se pueden realizar infinidad de pruebas, test de todo tipo o entrevistas más o menos profundas.
La típica
entrevista en la que el candidato al puesto de trabajo se limita a responder
como un papagayo a una serie de preguntas, en ocasiones resulta inservible.
Cuando tenemos que demostrar esas habilidades de las presumimos en nuestro
curriculum es cuando realmente se descubre el perfil de cada persona. Cuando
nos sacan de nuestra zona de confort o cuando nos ponen a prueba, difícilmente
podremos esconder nuestra verdadera personalidad y nuestras habilidades
sociales. Esto es lo que trata de conseguir el Método Gronholm.
La entrevista
de Método Gronholm es un tipo de entrevista en grupo que cada vez está cogiendo
más popularidad entre los departamentos de recursos humanos.
Esta manera
de seleccionar al personal consiste en una sucesión de pruebas grupales en las
que, habitualmente, se hace interactuar y relacionarse a los candidatos para
comprobar su personalidad, capacidad de trabajo en equipo y otras de las
actitudes y aptitudes subjetivas fuera de curriculum, que se entresacan de una entrevista convencional. Los
propios seleccionados serán los que, con su comportamiento, expulsen o
descarten al resto de candidatos.
De esta manera, no damos cabida a las invenciones y nos aseguramos que el puesto de trabajo sea cubierto según las expectativas.
Pero… ¿son realmente
necesarias todas estas técnicas? En un futuro, todas ellas quedaran obsoletas.
Debemos dejar a un lado el curriculum para crear nuestra propia marca personal
y destacar de entre el resto de candidatos del mercado laboral. Que sean las
empresas las que busquen nuestros perfiles y no nosotros los lo que busquemos
perfiles en los que encajar en las empresas.
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