lunes, 4 de mayo de 2015

¿Cómo son los nuevos líderes?

En el mundo empresarial, adquirir nuevas habilidades y estar abiertos a los cambios son puntos fundamentales para adaptarse a situaciones como la actual crisis económica. Esto también afecta a los jefes, o mejor dicho, a los nuevos líderes de estas corporaciones.

Lo ideal es que todo jefe jerárquico sea también un líder, pero que desafortunadamente no es así con demasiada frecuencia. El título de líder hay que ganárselo.

El líder dirige gracias a su influencia, guía a su equipo y consigue desarrollar la potencialidad de cada miembro, su talento natural. Busca generar preguntas, conversar y valora la profesionalidad.

Por el contrario, el jefe ordena e impone a sus empleados y lo que espera de ellos es disciplina y obediencia. No conoce la autocrítica, tampoco le interesa ni se deja aconsejar.

El líder se apoya en la inteligencia emocional para dirigir personas, genera un clima de confianza y colaboración y consigue que sus colaboradores le sigan de manera voluntaria.

Es muy difícil dirigir personas y todos los que dirigen un equipo pueden cometer muchos errores, los cuales debemos analizar y buscar mejorar. No hay líder perfecto, puesto que como humanos que son, también comenten fallos.

Las habilidades que un líder debe tener son muchas, pero las más importantes son las que a continuación menciono:

·         Más exigentes pero más amables. La actual situación de crisis hace que tanto trabajadores como empresas estén viviendo momentos muy complicados en los que las exigencias son mayores. El mercado pide más competitividad por menos. Para conseguir todo esto, nada mejor con un líder que, además de exigir, sea amable y considerado con los trabajadores.

·         Optimistas. Si la persona que lidera la organización no es capaz de mantener las formas y de ofrecer una visión optimista de la situación, difícilmente el resto de trabajadores lo harán. De un líder se espera que sea capaz de inspirar para que los trabajadores sean más rápidos en la toma de decisiones, más creativos y productivos.

·         Fomentar los departamentos transversales. Cuanto más integrados estén unas secciones y departamentos con otros, más productiva será la empresa. Los trabajadores deben  saber que no compiten entre sí, sino que deben ayudarse.

·         Hacerse respetar para convencer. Un líder que no es respetado no es un buen líder, ya que no podrá convencer a sus trabajadores de las medidas que él cree que son mejores para todos.  

·         Predicar con el ejemplo. Un líder que no conoce de primera mano todo lo que sucede en la empresa nunca será respetado. No se puede exigir al trabajador que haga algo que el propio líder no hace. De esta forma, se crea un ambiente de estrés y frustración en vez de productividad y creatividad, que es la meta a alcanzar.

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