Lo ideal es que todo jefe jerárquico sea
también un líder, pero que desafortunadamente no es así con demasiada
frecuencia. El título de líder hay que ganárselo.
El líder dirige gracias a su influencia,
guía a su equipo y consigue desarrollar la potencialidad de cada miembro, su
talento natural. Busca generar preguntas, conversar y valora la
profesionalidad.
Por el contrario, el jefe ordena e
impone a sus empleados y lo que espera de ellos es disciplina y obediencia. No conoce la autocrítica, tampoco le interesa ni se deja aconsejar.
El líder se apoya en la inteligencia
emocional para dirigir personas, genera un clima de confianza y colaboración y
consigue que sus colaboradores le sigan de manera voluntaria.
Es muy difícil dirigir personas y todos
los que dirigen un equipo pueden cometer muchos errores, los cuales debemos
analizar y buscar mejorar. No hay líder perfecto, puesto que como humanos que
son, también comenten fallos.
Las habilidades que un líder debe tener
son muchas, pero las más importantes son las que a continuación menciono:
·
Más exigentes pero más amables. La actual situación de crisis hace que
tanto trabajadores como empresas estén viviendo momentos muy complicados en los
que las exigencias son mayores. El mercado pide más competitividad por menos.
Para conseguir todo esto, nada mejor con un líder que, además de exigir, sea
amable y considerado con los trabajadores.
·
Optimistas. Si la persona que lidera la organización no es capaz de mantener las
formas y de ofrecer una visión optimista de la situación, difícilmente el resto
de trabajadores lo harán. De un líder se espera que sea capaz de inspirar para
que los trabajadores sean más rápidos en la toma de decisiones, más creativos y
productivos.
·
Fomentar los departamentos transversales. Cuanto más integrados estén unas
secciones y departamentos con otros, más productiva será la empresa. Los trabajadores
deben saber que no compiten entre sí,
sino que deben ayudarse.
·
Hacerse respetar para convencer. Un líder que no es respetado no es un
buen líder, ya que no podrá convencer a sus trabajadores de las medidas que él
cree que son mejores para todos.
·
Predicar con el ejemplo. Un líder que no conoce de primera mano
todo lo que sucede en la empresa nunca será respetado. No se puede exigir al
trabajador que haga algo que el propio líder no hace. De esta forma, se crea un
ambiente de estrés y
frustración en vez de productividad y creatividad, que es la meta a alcanzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario