martes, 5 de mayo de 2015

Trabajadores Tóxicos

Como ya he hablado de los jefes tóxicos, también hay que mencionar a los trabajadores tóxicos (que también existen). Un trabajador tóxico es aquel que, por su comportamiento o actitud, puede generar dinámicas  en el entorno de trabajo que acaben por afectar al desempeño y la productividad de toda la organización.
En casos muy extremos, estos comportamientos pueden desembocar en acoso laboral. Debemos intentar identificar a ese tipo de trabajador de forma rápida para neutralizarlos antes de que su comportamiento afecte al resto de los compañeros.  
¿Cómo podemos identificar a un compañero que tenga un comportamiento tóxico? Para ello, voy a describir algunos de los comportamiento de estos trabajadores tóxicos.
·         El criticón. Aquel que siempre saca a relucir los defectos de los compañeros sin ánimo de analizar las causas o aportar algo positivo.
·         El negativo. Sólo ve problemas y toma como una amenaza cualquier propuesta o solución. Este tipo de compañero es un lastre para los demás ya que todo le parece imposible de hacer.
·         El manipulador.  Entiende a las personas como un medio para conseguir sus objetivos. En ese afán puede crear malentendidos aposta y no le importa recurrir a mentiras para lograr su objetivo. Es una de los tipos más peligrosos pues puede desestabilizar rápidamente cualquier oficina.
·         El dictador.  Intimida y se muestra arrogante. Además adopta una actitud de intolerancia con cualquiera que no piense como él.
·         El oveja. El defensor de las ideas comunes. El que se adhiere al parecer de la mayoría con tal de no pensar.
Pueden surgir dudas a la hora de distinguir si la toxicidad es una causa o una consecuencia del funcionamiento de una organización.
En algunos casos, esa toxicidad puede ser temporal, provocada por circunstancias internas o externas al entorno laboral. Una de las causas más frecuentes de este comportamiento es el estrés, pero también puede ser por circunstancias en la familia o novedades dentro del trabajo.  Si alguno de nuestros compañeros ha comenzado a tener comportamientos tóxicos, debemos intentar ayudarle para que vuelva a ser el trabajador que era y así minimizar el impacto malo de su comportamiento.

Jefes Tóxicos


Podemos clasificar a los jefes tóxicos en función de su comportamiento.  De hecho, puede sorprender que algunas actitudes consideradas tradicionalmente como cualidades (el jefe conciliador, el jefe colega…) se clasifiquen como tóxicas, pero lo cierto es que es tan negativo para la empresa y el desarrollo profesional de los trabajadores un extremo como otro.

Es importante decir que un buen jefe siempre será un buen líder, además de saber hacer uso de la inteligencia emocional.

Según rrhhmagazine.com, existen 15 tipos de modelos de jefes tóxicos que son: el jefe veleta, el paternalista, el ventilador, el vividor, el jefe Peter Pan, el colega, el conciliador, el jefe Dr. Jekyll y Mr. Hyde, el jefe Rambo, el pasota, el de clausura, el tío Gilito, el emperador romano, el celebrity y el jefe ciclotímico.

He escogido siete de los quince que me han llamado más la atención y son los que voy a explicar a continuación:

·         Jefe veleta. Se trata de aquel jefe que cambia constantemente de opinión, de tal manera que tomará decisiones que un día le pueden parecer correctas, y al día siguiente erróneas. Su comportamiento influye en el trabajo y la productividad.

·         Jefe paternalista. Es ese tipo de jefe protector que trata a los trabajadores como si fueran sus hijos. Sera una persona querida, pero negativa desde el punto de vista del desarrollo profesional ya que limita la autonomía del profesional.

·         Jefe colega. Se trata de aquel que quiere caer bien a todo el mundo y por lo tanto no fomenta el espíritu crítico, de hecho huye de pronunciar cualquier tipo de críticas.

·         Jefe tío Gilito. Este tipo de jefes lo único que les importa es el dinero. No se preocupan por el bienestar de su equipo, por el trabajo bien hecho ni por la productividad.

·         Jefe celebrity. Le encanta ir a eventos y ser el centro de atención. Se trata de un buen relaciones públicas y tiene una agenda social muy apretada pero es lo único que le importa.

·         Jefe conciliador.  Huye de los conflictos. Prefiere delegar los problemas  a los demás antes de hacerlos él.

·         Jefe Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Es el tipo de jefe más desconcertante porque nunca sabes por dónde va a salir. Se parece al jefe veleta, un día puede muy encantadora y al día siguiente un villano.

lunes, 4 de mayo de 2015

LA IMPORTANCIA DE LOS EQUIPOS

En ocasiones, a la hora de llevar a cabo un trabajo, necesitamos el concurso de distintas habilidades. Una misma persona no puede asumir todos los roles necesarios para desempeñar el trabajo, por ello se crean los equipos. 

Un equipo es un conjunto de personas con conocimientos y habilidades complementarias que se comprometen con un objetivo común y tienen responsabilidad compartida. Cada uno de los integrantes participa de forma voluntaria y activa en la consecución de los objetivos y eso les hace poseer sentido de pertenencia que se deriva en orgullo de formar parte del equipo. La celebración de los éxitos parciales como si fueran el objetivo final ayuda a estimular al equipo y a motivarlo.

De la creación de equipos suele surgir un líder encargado de coordinar, animar y empujar al equipo. Éste debe generar ilusión e incentivar el surgimiento de motivaciones intrínsecas.

No hace falta irse muy lejos para observar la importancia que tienen los equipos en la sociedad. La televisión a través del cine o las series, sirven como ventana de la realidad, de los que podemos extraer diversos conceptos y aprendizajes.

Un claro ejemplo de la importancia de los equipos se puede observar en la conocida serie "Los Simpsons", en especial en el siguiente fragmento.

"¡Se te escapa lo más importante, el individuo en sí no vale nada, el equipo es lo que cuenta! ¡Había que trabajar en equipo!"


¿Cómo son los nuevos líderes?

En el mundo empresarial, adquirir nuevas habilidades y estar abiertos a los cambios son puntos fundamentales para adaptarse a situaciones como la actual crisis económica. Esto también afecta a los jefes, o mejor dicho, a los nuevos líderes de estas corporaciones.

Lo ideal es que todo jefe jerárquico sea también un líder, pero que desafortunadamente no es así con demasiada frecuencia. El título de líder hay que ganárselo.

El líder dirige gracias a su influencia, guía a su equipo y consigue desarrollar la potencialidad de cada miembro, su talento natural. Busca generar preguntas, conversar y valora la profesionalidad.

Por el contrario, el jefe ordena e impone a sus empleados y lo que espera de ellos es disciplina y obediencia. No conoce la autocrítica, tampoco le interesa ni se deja aconsejar.

El líder se apoya en la inteligencia emocional para dirigir personas, genera un clima de confianza y colaboración y consigue que sus colaboradores le sigan de manera voluntaria.

Es muy difícil dirigir personas y todos los que dirigen un equipo pueden cometer muchos errores, los cuales debemos analizar y buscar mejorar. No hay líder perfecto, puesto que como humanos que son, también comenten fallos.

Las habilidades que un líder debe tener son muchas, pero las más importantes son las que a continuación menciono:

·         Más exigentes pero más amables. La actual situación de crisis hace que tanto trabajadores como empresas estén viviendo momentos muy complicados en los que las exigencias son mayores. El mercado pide más competitividad por menos. Para conseguir todo esto, nada mejor con un líder que, además de exigir, sea amable y considerado con los trabajadores.

·         Optimistas. Si la persona que lidera la organización no es capaz de mantener las formas y de ofrecer una visión optimista de la situación, difícilmente el resto de trabajadores lo harán. De un líder se espera que sea capaz de inspirar para que los trabajadores sean más rápidos en la toma de decisiones, más creativos y productivos.

·         Fomentar los departamentos transversales. Cuanto más integrados estén unas secciones y departamentos con otros, más productiva será la empresa. Los trabajadores deben  saber que no compiten entre sí, sino que deben ayudarse.

·         Hacerse respetar para convencer. Un líder que no es respetado no es un buen líder, ya que no podrá convencer a sus trabajadores de las medidas que él cree que son mejores para todos.  

·         Predicar con el ejemplo. Un líder que no conoce de primera mano todo lo que sucede en la empresa nunca será respetado. No se puede exigir al trabajador que haga algo que el propio líder no hace. De esta forma, se crea un ambiente de estrés y frustración en vez de productividad y creatividad, que es la meta a alcanzar.